Cálculos renales
Los cálculos renales son la tercera patología urológica más frecuente tras las infecciones urinarias y el cáncer. Hasta entre un 10% y un 15% de la población podría padecer cólicos nefríticos.
Según explican especialista en litiasis, endourología y suelo pélvico del Hospital Universitario Clínico San Carlos de la Comunidad de Madrid, las piedras renales consisten en la sedimentación de determinadas sustancias que constituyen un núcleo que posteriormente cristaliza formando cálculos.
Los cálculos renales pueden estar compuestas por oxalato y fosfato cálcico, presentes en un 85% de los casos, ácido úrico, estruvita, cistina o xantina. Sus causas son también múltiples, a los factores genéticos se unen los ambientales, dietéticos, alteraciones metabólicas y renales. Un bajo consumo de agua, la vida sedentaria o alteraciones metabólicas que afectan al calcio, el fosfato o el citrato sientan las bases para el desarrollo de los cálculos renales.
En su origen puede existir también un hiperparatiroidismo, que produzca un aumento de la hormona que controla los niveles de calcio, fósforo y vitamina D en la sangre y los huesos. Un recambio óseo elevado, una producción alta de calcio eliminado por la orina o un déficit de vitamina D también podrían ocasionarlas.
Si los cálculos no pueden expulsarse de forma natural dan lugar a un cólico renal. «Cuando la litiasis sale del riñón puede quedar atrapada en el uréter, lo que condiciona una obstrucción que dilata al riñón en su esfuerzo de expulsar el cálculo, provocando el dolor típico en la fosa lumbar que se irradia a la fosa inguinal», señala el doctor Resel.
Los pacientes suelen acudir a urgencias por este intenso dolor pero también pueden detectarse los cálculos en una exploración de imagen de rutina o sospecharse ante infecciones de orina repetidas, aclara el especialista.
Las mujeres que han padecido un cólico dicen que el dolor es peor que el de un parto, el paciente es incapaz de estarse inmóvil, el dolor es muy intenso, continuo y no mejora al cambiar de postura. Se da en la zona alta de la espalda y no más cerca de la cadera como suele creerse, irradia hacia la vejiga, puede llegar a ocasionar náuseas y vómitos, aumentar la frecuencia miccional y dar lugar a una orina más oscura. Estos dolores pueden tener una duración muy variable dependiendo de si se consigue expulsar la piedra o no.
Los síntomas ocasionados por un cálculo urinario dependen principalmente de su ubicación y tamaño. Uno del tamaño de un grano de arena o de 3 mm puede pasar inadvertido y ser eliminado espontáneamente o causar un gran dolor. A su vez, un cálculo de 2 cm puede no dar síntomas si está ubicado en el riñón.
Esto se debe a que lo que llamamos un dolor tipo ‘cólico renal’ es la manifestación de la obstrucción de la vía urinaria y la dilatación del sistema, lo que causa un dolor que generalmente se ubica en la espalda, bajo las costillas, parte anterior del abdomen del mismo lado y se irradia hacia la zona genital.
Fuente: InfoSalud